La Biblia, el nombre de un libro conocido por todos, y portador de cuántas diferentes historias, no sólo ya por su contenido en sí, sino por la repercusión que ha tenido en la vida de tantas personas. Para muchos, el libro de los libros por excelencia, para otros tantos, un libro olvidado en algún cajón de casa que no sirve para nada y sin embargo ahí sigue, comido de polvo seguramente.
Este libro, ya pasado de moda parece ser, contiene grandes historias de amor aunque no lo parezca. Puede dar la sensación de ser un libro antiguo de pensamiento arcáico cuyas ideas no pueden aportarnos nada hoy día, pero sorprendentemente puede llegar a ser de lo más actual. En la Biblia se habla de historias que tú o yo podemos estar viviendo ahora, se habla sobre el egoísmo, la envidia, el poder, la compasión, la solidaridad... pero sobre todo, del Amor, y ¿quién me dice que estos no son temas de actualidad? Sólo depende de la interpretación que se le den a estas lecturas, y si somos capaces de aplicar una de éstas a nuestra vida, estaremos aprendiendo mucho.
Una de las mejores lecturas sobre el Amor que podemos encontrar en este libro es la situada en la primera carta de San Pablo a los Corintios 13,1-3.
Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena o un Címbalo que retiñe. Si tengo Profecía y entiendo todos los misterios y todo conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera que traslade los montes, pero no tengo amor, nada soy. Si reparto todos mis bienes, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve. El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.
Es una lectura empleada sobre todo en la ceremonia matrimonial llevada a cabo por la Iglesia. A mi modo de ver, creo que es una de las mejores formas de describir el amor en toda su esencia. Por otro lado, el mayor mensaje de amor mostrado en este libro, está en Juan 13, 34-34.
Amaos unos a los otros
Algo tan fácil y a la vez tan difícil como eso, amaos unos a los otros. Amar no es tarea fácil y más cuando no se es correspondido. Pero no hay que decaer en el intento.
No es posible en unas pocas letras hablar de todo el amor que habla la Biblia, pero al menos en estas pocas líneas, podemos contemplar qué nos dice y que nuestras relaciones, de unos con otros deben centrarse en el amor. Y no creo que éste sea un mensaje tan disparatado como para que nos llamen locos a los que nos lo creemos, aunque en ese caso, estaré orgullosa de estar loca.
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